domingo, febrero 05, 2012

"EL MEJOR REGALO" un cuento de Verónica Rucci

Emanuel era un niño de 4 años de edad, iba al jardín y su mamá estaba esperando un bebé. Eso era todo un evento, si no fuera porque el bebé era una nena y se llamaría Camila.

A Emanuel no le gustaba mucho la idea de tener una hermanita… ¿con quién iba a jugar a las carreras de autos? ¿Y a la pelota? En fin, a la mamá se le había ocurrido la brillante idea de tener una nena y eso lo tenía angustiado.

Para calmar esa angustia, la mamá le había contado que, cuando nace un bebé, Dios le ofrece un regalo, el mejor regalo al hermanito que espera. Con esa promesa, Emanuel esperó paciente el nacimiento de Camila.

Cuando llegó el día, mamá se internó en el sanatorio y cuando volvió, junto a papá, traía a Camila en sus brazos, y era hermosa, suave y pequeñita.

Emanuel preguntó:

_ ¿Y mi regalo, mamá?

Mamá respondió:

_ Tenés que buscarlo bien, ¡Dios lo ha ocultado para que sólo vos lo encuentres!

Y como Emanuel se sentía grande ahora, porque era el hermano mayor, empezó su búsqueda solito.

Cada día removía cajones, abría armarios y placares, miraba debajo de la mesa y de la cama, con cuidado, se subía a una silla, y en puntas de pie, espiaba sobre la heladera. Hasta buscó dentro del pañal de su hermanita, ¡pero no encontraba nada!

Pasaron unos meses, Camila crecía, ensuciaba más pañales y se alimentaba del pecho de mamá y Emanuel se sentía algo desilusionado, pero no quería decirle nada a su mamá. Tanto ella como su papá le habían regalado un camión enorme con el cual jugaba siempre y le encantaba, ¿cómo iba a pedirle el regalo de Dios?

Pero cansado de buscar, decidió preguntar:

_ ¿Y mi regalo de Dios, mamá?... ¡no lo pude encontrar!... ¿Dios se olvidó de mi?

La mamá acarició los cabellos con ternura, miró sus ojitos brillantes y le dijo:

_ ¡Dios no se olvidó de tu regalo! ¿Ya buscaste cerca de Camila?

Emanuel se acercó a su hermanita que estaba en el coche, ¡no se le había ocurrido buscar cerca de ella! La miró fijo y Camila le regaló una enorme sonrisa sin dientes, llevó su manito hasta la mano de Emanuel, tomó su dedo con fuerza y balbuceó “Em…ma”.

Emanuel se sorprendió y gritó:

_ ¡Mamá, Camila dijo mi nombre!

_ Seguramente- dijo la mamá- Camila es un regalo para vos, ella es tu compañera de juegos, quien te admira y te imita, Y vos sos un regalo para ella, sos su hermano mayor de quien aprenderá cosas. Sos quien la cuidará y la protegerá.

Entonces, Emanuel comprendió que el misterioso regalo de Dios es tener a alguien a quien querer y que te quiera, y una hermanita puede ser ¡el mejor regalo! 

2 comentarios:

  1. Gracias, es un cuento sublime, de mucha ternura, lo siento en mi corazon, felicitaciones a la autora

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    1. Gracias por tu comentario. Se lo haré llegar a la autora.

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